Sabíamos no decirnos nada. Conservando en apariencia, una amistad consolidada. Sabíamos no exigirnos mucho. Hola, ¿que haces?, convidame un pucho, que me tenes abandonada. Vos con tu mochila a cuestas, yo con la excusa perfecta para charlar de pavadas. Nos hizo un guiño San Telmo, un poco de humo en el medio, y enloquecieron las miradas. Quiso el destino que esa noche hiciera frío, y que el ruido de los coches, me hicieran hablarte al oído.
El tiempo se va muy lentamente ~
10 dic 2010
Cuéntame que harás después que estrenes su cuerpo,cuando muera tu traviesa curiosidad.
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